A pesar de lo desapacible que amaneció el día, el buen ambiente y la buena compañía, con la ayuda de una buena chimenea y una mejor selección de viandas, contrarrestaron perfectamente estos inconvenientes y pudimos disfrutar de los amigos una vez más.
Sebastián además de ser nuestro anfitrión, también fue nuestro cocinero y nos preparó un magnifico arroz negro con langostinos, que junto con las tartas de nuestra amiga Mila, diferentes viandas de entrantes y copas varias hasta bien entrada la noche, satisficieron de sobra a todos los asistentes.
Gracias a Sebastián por abrirnos la puerta de su casa, a la comisión de cocina por su buen hacer una vez más y como no, a tod@s los asistentes, pues sin ellos no hubiese sido posible pasar un rato tan bueno.